“Ante una oferta de empleo en la que piden algo que no sabes hacer, pero que te motiva; no te descartes, asume que tendrás que aprender rápido”. Es un post que vi hace unos días en LinkedIn y creo que es perfectamente extrapolable al emprendedor. Aprender rápido, prueba y error, decisión, proactivad… ¿Qué más se necesita para ser emprendedor?
El modelo de los 4 estilos de aprendizaje de David Kolb
Según el catedrático David Kolb, existen 4 perfiles diferenciados en función de la aproximación que hagan al aprendizaje de un tema concreto. No es un modelo cerrado, por lo general solemos poseer capacidades de uno u otro perfil en un mayor o menor grado.
- Asimiladores: los más teóricos y reflexivos. Su aproximación al conocimiento se hace en base a la elaboración de teorías basadas en la definición previa de conceptos y problemas. Tienen una gran capacidad de abstracción y por tanto destacan en los campos de las matemáticas y las ciencias.
- Divergentes: les encantan los brainstormings. Creativos, músicos, artistas… Son emocionales, empáticos, sociables y muy ocurrentes. A menudo tienen ideas brillantes, pero su talón de Aquiles es, a menudo, la falta de concreción. Su imaginación vuela y acaban haciendo mil propuestas posibles, pero ninguna concreta.
- Convergentes: son lo contrario a los divergentes. Mientras la mente del divergente se pierde en mil y una posibilidades maravillosas, la del convergente necesita la aplicación práctica para testar si funciona. Muchos ingenieros encajan con este perfil. Son resolutivos, pragmáticos y usan el razonamiento deductivo para resolver problemas.
- Adaptadores: los más inquietos. Aprenden haciendo, a base de prueba y error. No los verás perder el tiempo leyendo manuales, teorías o elucubraciones. Enseguida se ponen al lío. Por lo general, son empáticos, sociables y buscan los recursos necesarios, ya sean materiales o de personas, para que las cosas salgan adelante.
Este modelo es más fácil de entender de forma gráfica:

¿Cuál el el perfil más apto para emprender?
Si nos fijamos en la infografía, veremos que muchos de ellos comparten características:
- Los convergentes y los asimiladores son más dados a centrarse en una única tarea, mientras que los adaptadores y los divergentes son multitarea.
- La actividad de los divergentes y los asimiladores está más ligada al mundo de las ideas, son “pensadores”; mientras que los adaptadores y los convergentes son pragmáticos, enseguida pasan a la acción.
Vivimos en un mundo en constante cambio, en el que cada vez es más difícil prever que va a pasar, cómo va a evolucionar un sector concreto, los hábitos de consumo o los grandes mercados. La irrupción de la COVID es un claro ejemplo de esta incertidumbre. ¿Quién podía prever hace unos meses que una pandemia iba a poner patas arriba a todo el mundo?
Ante este futuro incierto, de poco sirve teorizar o elucubrar sobre qué va a funcionar. Por ello, un perfil que pasa a la acción con facilidad tiene más probabilidades de tener éxito. Además, vivimos en un mundo cada vez más exigente en el que ser versátil y multitarea, ser sociable, cuidar una red de contactos influyentes o de profesionales que puedan complementarte, también te va a reportar mayor probabilidad de éxito.
Son los adaptadores, los hacedores, los que se tiran a la piscina; los que están más capacitados para emprender. Porque si dedicas demasiado tiempo a teorizar sobre cuando estarás suficientemente preparado para empezar algo, el mundo habrá cambiado otra vez y ya llegarás tarde.
Cuando llega la tormenta, tienes dos opciones: esperar a que pase o ajustar las velas.
Muy interesante. Soy divergente, pero me tiro poco, poquísimo a la piscina. Por eso quizás nunca encuentro del todo mi camino, porque hay solamente uno! Gracias por el artículo, un saludo 🙂
no* hay solamente uno