El cambio de paradigma del COVID-19

Lo que está claro con esta crisis sanitaria que estamos viviendo es que nuestros paradigmas tras todo esto van a cambiar. ¿Hasta que punto? Eso aún no lo sabemos y es algo que iremos descubriendo a medida que vayan pasando los meses.

Es difícil hacer un balance en el que ganen las cosas positivas, pero si hay algún aprendizaje con el que podamos quedarnos después de esto es con que debemos de aprender a ser previsores.

El COVID-19 es algo que ha llegado sin pedirnos permiso, sin avisar, y ¿quién nos dice que esto no vuelva a producirse?

No hablo solo de una crisis sanitaria de este nivel, hablo de imprevistos que hagan que tu situación financiera pueda cambiar de manera radical: pérdida de trabajo, problemas de salud que te obliguen a cambiar tu vida por completo (o de tu pareja, tus hijos), ayuda que tengamos que prestarle a un amigo/familiar cercano, etc…

A todos se nos estropea el coche en el momento menos oportuno, o tenemos una avería en casa más gorda de lo esperado, nuestro móvil nos empieza a dar problemas obligándonos a comprarnos otro casi al día siguiente o nuestro ordenador decide que no se enciende de la noche a la mañana.

Todos estos pueden ser considerados como imprevistos menores para los que no estamos preparados, pero que más o menos podemos hacerles frente “apretándonos un poco más el cinturón” ese mes o los siguientes meses.

Imagina por un momento que estuvieses preparado para todos estos imprevistos, pero también para los efectos que pudieran tener otros imprevistos (considerémosles más “gordos”) en los siguientes 6 meses.

A nadie nos han enseñado educación financiera cuando éramos pequeños en los colegios, eso es algo que se ha dejado siempre a criterio de los padres. En muchos casos ni siquiera los padres han sido capaces de inculcar esta cultura financiera en sus hijos porque ellos ni siquiera la tenían. Pero déjame decirte una cosa, nunca es tarde para aprender a administrar tus ahorros.

No hablo de que tú dinero trabaje por ti, de eso puedes encontrar más información en este post. Hablo de ser capaz de crearte un “fondo de emergencia” para ti o tu familia.

Es por eso que me gustaría compartir algunos consejos contigo para que la próxima pandemia no te pille desapercibido:

  • Crea un hábito: Piensa en cómo puedes ahorrar día a día, semana a semana o mes a mes. ¿Qué parte de tu sueldo puedes destinar a este ahorro sin ver tu economía afectada?, ¿10€, 20€, 200€, 1000€?

La cantidad realmente da igual, el objetivo es crear un hábito. Que ahorrar esos 10€, 20€ o 200€ mensuales se convierta en algo que hagas casi de manera automática.

  • Fíjate un objetivo: Empieza con un fin en mente, pero se realista. Decide que cantidad vas a destinar al ahorro y mantenla durante un tiempo.

Sigue la regla SMART, que tus objetivos sean específicos, medibles, alcanzables realistas y fija un periodo determinado para conseguirlos.

Si quieres ahorrar 20.000€ para un coche no vas a logarlo si lo intentas todo el primer mes, o los 2 primeros. Ve poco a poco y fija una cantidad que te ayude a lograr ese objetivo.

Ese objetivo puede modificarse según el momento de tu vida en el que te encuentres. Tu plan de ahorro no será igual cuando estás soltero, viviendo en la unidad familiar que cuando te independizas y comienzas a pagar una hipoteca.

  • Se perseverante: Si decides que vas a comenzar con ese ahorro, mantenlo. Que se meta dentro de tu cultura, conviértelo en el hábito del que hablábamos antes y no lo abandones.

  • No dejes que tu estado de ánimo influya en tus finanzas: Hazte eco de tus necesidades financieras reales y comienza por identificar tus compras por impulso (en qué momentos se producen, qué te ha pasado justo antes, etc).

La manera más sencilla de identificar estas compras es ir con hambre a un supermercado. ¿Cuántas cosas has comprado que en condiciones normales no comprarías? Haz la prueba y la semana siguiente intenta ir después de comer, o si no puedes, haz una lista de los productos que necesitas y cíñete a ella.

Entiendo que cuando vas a hacer algún regalo y decides comprarlo por internet acabes metiendo en el carrito de la compra algún producto más que realmente no te hace falta por conseguir llegar al mínimo y que no te cobren gastos de envío. Piensa que esto son trucos que justamente utilizan las empresas para aumentar su ticket medio, y finalmente acabarás pagando más con ese producto adicional que lo que pagarías sin el y con los gastos de envío.

Igual que con estos 2 ejemplos pasa con muchísimos más. Por eso cuando te sientas hambriento, triste, cansado, etc… intenta no realizar compras, ya que tu estado de ánimo podrá influir de manera directa en el dinero que destines a la compra.

Fija stoppers, indicadores que te ayuden a identificar que te encuentras en esa situación para que la compra por impulso no se produzca.

  • Controla tus finanzas: Cada vez aparecen más aplicaciones que nos ayudan a gestionar nuestros ingresos y gastos mensuales (fintonic, MoneyPlan de Santander, etc). Si no tienes claro como controlar todos tus gastos mensuales puede que alguna de estas aplicaciones te ayude, aunque piensa que papel y boli o una hoja de Excel también pueden hacer las veces de estas aplicaciones.

Lleva el control de tus gastos de manera mensual y realiza un histórico, de manera que pasado un año entero puedas comparar tu flujo de ingresos/gastos con los del año anterior.

No te hablo de la declaración de la renta, ya que aquí puedes ver la evolución de tus ingresos, pero no de tus gastos reales.

Controla ¿cuánto dinero te gastas al mes en ocio?, ¿cuánto destinas a educación?, ¿y a alimentación?, ¿y a suministros?. Se consciente de tus gastos.

¿Y ahora que excusa vas a buscar para no comenzar a crear ese fondo de fondo de emergencia? Empieza a poner en práctica todos estos consejos.

¡Elige tú suerte!

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *